martes, 16 de abril de 2024
   
 
12/9/2016
     
Equilibrio

El Gobierno se imagina un futuro de pronto crecimiento mientras la CGT y los movimientos sociales preparan el primer paro general contra el ajuste. Daniel Marx reconoce logros pero duda sobre cambios muy inmediatos en materia de expansión económica. Las elecciones como límite.

 
   La baja de la inflación en agosto, algunos datos promisorios cómo mayor despacho de cemento y mas venta de motos son el sustento del discurso oficial según el cual lo peor ya paso. El encuentro de esta semana en el Centro Cultural Kirchner de representantes de empresas de todo el mundo va en esa dirección. Aquella lluvia de dólares imaginada para diciembre por el solo hecho del recambio presidencial nunca se concretó y ahora esperan revertir la tendencia mostrando las reformas estructurales solicirtadas.

    La dirigencia gremial y los movimientos sociales no comparten este optimismo. Les preocupa mas el pasado y el presente. Están acompañados por datos muy duros de los primeros nueve meses: Mas de cien mil despedidos, suspensiones en fábricas grandes y medianas, caída del consumo y números sobre la inflación mas críticos que los del Gobierno. El indice Congreso de agosto, por ejemplo, indica que el aumento de precios de la canasta familiar volvió a mostrar una tendencia y picos preocupantes. 


    Según Daniel Marxo ambas miradas tienen aciertos parciales. Es verdad que la inflación está a la baja y que el Gobierno podría mostrar el año que viene un escenario de tranquilidad en la materia y no es una cuestión menor. Pero también  agregó "no sería tan optimista en cuanto a que la sociedad pueda ver pronto el efecto de los brotes bordes. El crecimiento y las inversiones  no se perciben  nunca  demasiado rápido"

   La cuestión, en términos electorales, no es menor para el gobierno. Alcanza  pelear su primer turno cómo oficialismo a nivel nacional solo con el argumento de haber domesticado la inflación?  El camino lento de la reactivación puede ofrecer algo para cuando estemos en plena campaña? La duda no es nueva. Ya a comienzos de año los gobernadores propios, con ansiedad, preguntaban lo mismo. El anunciado plan Belgrano es uno de los mejores ejemplos de lo señalado: hasta aquí nunca pudo arrancar.

   Sobre el último trimestre -faltan 20 dias- comenzará a debatirse otro tema clave en lo político, social y económico.  Los sindicatos han reclamado repartura de paritarias y la respuesta del Ejecutivo fue contundente: no hay ninguna posibilidad. Sin embargo es cierto que todos los acuerdos salariales han quedado retrasados y por eso aparece cómo plan B el pedido de algún bono de fin de año que incluya a los tributarios de planes sociales y jubilados. Hasta aquí el Gobierno ha dicho que no tiene nada previsto y la mayoría de los empresarios rechaza la opción de plano. 

   Es la decisión definitiva? Falta mucho para una respuesta en ese sentido, pero  una decisión favorable  podria ser el mejor remedio  para una sociedad que demanda soluciones con urgencia, lejos de  miradas optimistas de mediano plazo.