jueves, 18 de abril de 2024
   
 
11/12/2015
     
Ordinarias

La bancas vacias de la foto explican porque no habrá sesiones extraordinarias en el comienzo de la gestión Macri. Sin números a favor no hay apuro por poner a funcionar el Congreso

 
    El paquete legislativo podría ser importante: Abarcaría cuestiones económicas que faciliten la salida del cepo, temas sociales para blindar la obligación legal de la Asignación Universal por Hijo y  nuevas normas que aceleren la pelea contra la corrupción y el narcotráfico. Sin embargo, no habrá actividad legislativa hasta marzo según se informó ayer en las cercanías del nuevo presidente de la Cámara de Diputados.  El cálculo de Emilio Monzó está hecho desde la prudencia y la lógica. Mas allá que el conjunto de leyes que elabora el Ejecutivo puedan impulsar el mayor consenso posible, el oficialismo entrante no puede de ningún modo correr el riesgo de estrenar su gestión perdiendo alguna votación en Diputados o Senadores.

   Hoy por hoy no hay  garantías y es hasta previsible la decisión tomada.  Ni siquiera alcanza la reunión de esta horas con Daniel Scioli, Sergio Massa y los otros ex candidatos opositores. El FPV es un mosaico heterogéneo de muchos cacicazgos y ninguna conducción abarcadora. Algún sector se alineará siempre detrás de la combatividad de CFK y otros irán mirando proyecto por proyecto, pero el ex Gobernador de Buenos Aires ni nadie le puede garantizar a Emilio Monzó ningún alineamiento masivo de los casi cien diputados ahora bajo la conducción de Recalde padre.  Sergio Massa tiene menos inconvenientes con  su interbloque pero tampoco es sencillo que se acople con facilidad a la voluntad del oficialismo. Sabe que corresponde cooperar pero tiene claro que su rol es el de opositor. 

    Con este marco de referencia se entiende rápido la decisión del Presidente Macri y Emilio Monzó. Por ahora, evitar el Congreso. Hasta marzo hay tiempo para afinar negociaciones mas puntuales con cada uno de los bloques y además seducir a determinados Gobernadores con imprescindibles asistencias económicas que puedan modificar o corregir el rumbo de determinadas votaciones.