viernes, 26 de abril de 2024
   
 
5/11/2015
     
La urgencia

Cristina Fernández sabe que en 40 dias no puede garantizar nada, ni siquiera con el FPV ganando el 22. Menos perdiendo. Esa es la causa de tanta premura en la designación de los nuevos auditores.

 
   Nadie puso en duda nunca que los remplazantes de Oscar Lamberto y Vicente Brusca, peronistas de Santa Fe  y  la Capital, debían  surgir del seno del FPV. Es tan obvio el detalle que ayer fue lo primero que reconocieron opositores siempre muy duros del kirchnerismo como Fernando Sánchez.  El punto esta claramente especificado en la ley de creación de la Auditoria General de la Nación: Preside  la oposición (Leandro Despouy) pero el oficialismo tiene sus representantes garantidos.

   Tampoco es objetable el momento de la designación. El propio Lamberto, de nula relación hoy con el cristinismo, indicó que estaba muy claro que su mandato de ocho años vencía el 7 de noviembre:  "Yo avise´" dijo.

    El enojo de los opositores - veteranos cómo Graciela Camaño y Claudio Lozano particularmente - obedecíó a otras razones muy comprensibles: La designación y el juramento posterior se concretó en una Sesión especial que nunca estuvo habilitada para este temario. Los proyectos que se tratan en el recinto son acordados el día previo en Labor Parlamentaria y no pueden ser modificados salvo que asi lo determine el voto de una mayoría contundente de tres cuartos de los presentes.

   En la negociación política  oficialistas y opositores tratan de respetar determinadas costumbres  para que la convivencia sea medianamente aceptable. Una  es cumplir lo acordado el día anterior en la reunión de Labor y por eso tanto malestar en la oposición. El dato que se agrega es que las diferencias de ayer no quedarán solo en la queja: Casi toda la oposición indicó  que las designaciones de Alvarez y  Forlón serán impugnadas ante la justicia por dos irregularidades: La Sesión convocada no habilitaba su tratamiento y el juramento de los designados se realizó sin el quorum necesario. Todo discutible en materia legislativa y judicial, pero se indica que el primer punto es mas sólido juridicamente que el primero.


    Si los cargos son del FPV, si la oposición lo entiende y acepta, porque no comunicar el tratamiento del tema o esperar hasta el 10 de diciembre?

    Hay dos respuestas. Si se informaba, la oposición no hubiese habilitado el tema por considerar que no corresponde en medio de una campaña política y con elecciones decisivas en 15 dias. Esperar hasta el 10, para el crist inismo mas puro, implica serios riesgos de otro tipo. Por eso se optó por la desprolijidad, incluso mas allá del escándalo.  Los riesgos devienen de dos resultados posibles el próximo 22 de noviembre:                                                                                        
                                                                                                   a) Si ganase Scioli,  el nuevo Presidente se convierte en el hombre de mayor peso del peronismo y el país y seguramente no postularía a Alvarez y Forlón, juntos, como nuevos Auditores. Primero por su pertenencia conjunta a La Campora cuando el FPV es mucho mas amplio en su construcción. Segundo por sus antecedentes: Mucha cercanía política a la Presidenta pero escaso curriculum para cargos de mucha sensibilidad.

                                                                                                      b) Si gana Macri, el peronismo y el FPV ingresarán en una etapa de profunda autocritica y revisión de lo hecho en casi trece años donde con seguridad nadie tendrá  respaldo político cómo  para nominar dos camporistas en la Auditoria. La derrota, naturalmente, conduciría  a un proceso mas horizontal de toma de decisiones y el  fin del verticalismo. Por eso era ayer o nunca.