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viernes, 29 de marzo de 2024 |
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Sergio y Lilita
Massa y Carrio se detestan, pero comparten singulares parecidos: Se escindieron de partidos mayoritarios, mucho respaldo en los medios, crecieron rápido y padecieron muy pronto una inusual licuación de su capital político. Errores comunes. El riesgo De Narváez.
La previsible salida de Darío Giustozzi del Frente Renovador - se adelantó aquí hace menos de una semana - reactualiza los serios problemas de Sergio Massa para conducir el espacio que nació triunfalmente hace menos de dos años. Graciela Camaño, Felipe Solá , Joaquín De la Torre y otros consideraron cómo individualista e infantil su argumento de ruptura : "Si no soy el único candidato a Gobernador me voy".
Por ahora no ha habido desmentidas. En verdad no parecen elementos demasiado sólidos para decidir una ruptura. El propio interesado nunca midio tanto cómo para ser considerado de esa manera. Massa siempre buscó sumar a Insaurralde para fortalecerse en ese sentido y también al propio De Narváez. Giustozzi sabía acabadamente que las encuestas no le sonreían y por ende nunca iba a tener demasiado recorrido un reclamo sobre candidatura única.
Mas allá de las causas para justificar una salida a un mes del cierre de listas, el Frente Renovador muestra serias fallas de conducción. En este caso no se va un concejal o algún legislador provincial. Quién pega el portazo es el Jefe del Bloque de Diputados Nacionales. Antes se fueron Gustavo Posse, Sandro Guzmán, Jesús Cariglino, Cacho Alvarez y hasta Carlos Reutemann partió rápido rumbo al PRO. Giustozzi puede haber hecho reclamos imposibles de satisfacer, pero también parecería que la conducción prometió demasiado y generó expectativas que después fueron imposibles de cumplir.
Repasar los nombres que en un solo año abandonaron el massismo remite sin dudas a los procesos vividos por Elisa Carrio en el ARI y en la Coalición Cívica. Desde Graciela Ocaña a Adrián Pérez pasando por radicales y peronistas que en algún momento estuvieron cerca de ella, la lista es interminable. La ahora socia política de Mauricio Macri ha descalificado a Massa tratandoló de "narcotraficante" y nada tienen que ver políticamente. En ambos casos, sin embargo, es notorio cómo no pudieron evitar fugas y abandonos resonantes.
El saliente ex intendente de Almirante Brown dice que lo cansaron "la hipocresía y el maltrato". El análisis comparativo lo ayuda poco y nada a su antiguo jefe. Mauricio Macri no ha tenido en diez años ninguna salida intempestiva de alguien importante en la estructura del PRO. Conducir y contener son escenciales el armado de una fuerza política.
A comienzos de año el Frente Renovador tenía 6 candidatos a la gobernación: Giustozzi, Felipe Solá, Cariglino, Gustavo Posse, Mónica López y estaba llegando De Narváez. Hoy queda cómo alternativa sólo este último, el único que no pertenece a la estructura fundadora de la renovación. Este tema también es incómodo para Massa. Su mayor fortaleza fue siempre el conurbano y la provincia de Buenos Aires donde en octubre del 2013 le ganó a Martín Insaurralde, el candidato de CFK y Daniel Scioli. En función de su estrategia nacional siempre apostó a que un candidato propio en la provincia fuera su principal sostén en la pelea con Scioli y Macri. Ahora sin embargo aparecen luces rojas. Quienes hasta hace poco reclamaban por el acuerdo Macri - Massa hoy piden por Macri - De Narváez. Esta alianza le permitiría al PRO tener en la provincia una candidatura mucho mas competitiva que hoy.
Esta posibilidad aparece cómo remota por viejas diferencias personales entre los dos ex empresarios y porque el único ensayo duró menos que nada. Para Sergio Massa, sin embargo, sería una pesadilla que dentro de un tiempo Francisco De Narváez le diga que, para sus intereses en la provincia, es mucho mas redituable ir con el candidato del PRO que con la tutela del Frente Renovador.
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