martes, 23 de abril de 2024
   
 
9/4/2015
     
Ni - Ni

Ni crisis económica desbordante ni unidad opositora. Hace seis meses estaba claro que ambos elementos eran indispensables para garantizar una derrota del oficialismo. No se dieron y su ausencia es causa principal de la confianza con la que Scioli afronta el tramo final de su campaña.

   En sus peores momentos el Gobierno nunca dejó de tener un núcleo duro de adhesión del 30 %. Bastante para sostenerse pero escaso para cualquier intento continuista. Un tercio de los votos es medianamente sencillo de enfrentar para una oposición unificada. Si los candidatos son dos o tres ya resulta mas difícil.  Ese es el escenario de hoy.  El 70 % vacante es disputado por Macri, Massa y ahora Stolbizer. Es cierto que Margarita no mide lo mismo que los otros dos, pero ha pasado a dividir de la misma torta.

   El cálculo es claro y no es nuevo. Se hizo mucho antes incluso de la aparición de la candidata del GEN y el Socialismo. La única garantía presunta en materia electoral de derrotar al gobierno era la unidad Macri - Massa. Los plazos todavia lo permiten, pero en materia politica parece tarde. Los acuerdos de radicales y massistas en muchas provincias están  muy avanzados y lo mismo sucede con la primaria del Frente Renovador de la Provincia de Buenos Aires, con Francisco De Narváez como candidato franquicia.

   En materia económica sucedió lo mismo. En el peor momento financiero, cuando se anunciaron los swaps y el acuerdo con China - hoy calificado por Jorge Castro cómo uno de los convenios mas importantes de la historia argentina-  se indicó cerca de Macri y Massa que esa sociedad no iba a suplantar la imperiosa necesidad de dólares de la economía argentina. Sin embargo se fortalecieron parcialmente las reservas sobrepasando los 30.000 millones, se detuvo la crecida del blue y terminaron las corridas. Por supuesto que no ha habido solución para   otros problemas estructurales ( Sigue estancado el crecimiento, la inflación es todavía muy alta) pero no es una sociedad angustiada por la economía.

   La falta de unidad opositora y  la ausencia de una  crisis económica sin control no son los únicos elementos que explican el tranquilo momento de Scioli. Hay otros. También hace una año era difícil predecir el vínculo que hoy tiene el candidato y la Presidenta. Tal vez el favorito de Olivos sea Randazzo, pero no es dato menor que Carlos Kunkel y Diana Conti lo defiendan a capa y espada  y la mayor parte de los gobernadores le pide la foto de ocasión en la provincia respectiva.

  Una economía en crecimiento - cuestión que el oficialismo prometió y hasta ahora no se vislumbra -  ayudaría mas, pero el sciolismo no se queja. Y especula con errores forzados de la oposición. Mira con atención los cruces entre MIchetti y Rodriguez Larreta y la primaria del Frente Renovador en la provincia de Buenos Aires. Y espera en lo suyo una PASO prolija propia en Nación y Provincia de Buenos Aires.

    No hay nada cerrado para octubre, pero el mundo naranja intuye que los peores miedos pertenecen al pasado.