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jueves, 28 de marzo de 2024 |
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Oposición
La foto fue contundente. Veinte senadores de la UCR, GEN, PJ disidente, PRO, Juecistas y demás se negaron a tratar la nueva ley de Inteligencia planteada por el oficialismo. Diego Santili y Nito Artaza acompañaron la decisión pero hubiesen preferido participar del debate.
La decisión estaba tomada desde hace mucho y no costó demasiado trabajo que coincidieran Senadores de peso cómo Ernesto Sánz, Gerardo Morales, Gabriela Michetti, Pino Solanas y otros: La oposición no iba a participar ayer de la reunión de Comisión convocada por el oficialismo para empezar a debatir la nueva ley de Inteligencia, pese a haber sentado en el Salón Azul del Congreso al hombre de mas peso político del Gobierno después de CFK, Carlos Zaninni, y a quienes llegaron a la SI para desplazar a Stiusso: Oscar Parrili y Juan Martín Mena.
Los argumentos opositores no son menores: "Pretenden resolver temas cruciales en un debate express" y "Estamos en presencia de un magnicidio que necesita de otro manejo de los tiempos". Sin embargo, la decisión de no concurrir nunca es gratuita. La ausencia le genera al oficialismo un vacío muy incómodo, pero está claro que la sociedad en su conjunto nunca termina de entender ciertas decisiones del microclima político.
Nito Artaza tiene repetidas diferencias con su bloque pero siempre es muy orgánico. Diego Santili supo desde siempre que Michetti era una de las abanderadas de la no concurrencia y por lo tanto ninguno planteo disidencias públicos y ambos se sumaron al conjunto. Sin embargo, pensaban otra cosa. Los dos consideraron que la presencia de los funcionarios del Ejecutivo era la mejor oportunidad para las preguntas mas incómodas y para tratar de aclarar decenas de dudas. Básicamente sobre el prolongado vínculo del Gobierno con Stiusso durante mas de diez años y las causas de la ruptura de fin de año.
La nueva ley de Inteligencia podría tener dictamen de Comisión hoy y llegar al recinto la semana que viene. El proyecto, escencialmente, disuelve la actual SI y crea la Agencia Federal de Inteligencia, pasando el personal en conjunto a la nueva dependencia excepto los agentes de Observaciones Judiciales que son transferidos a la Procuración General de la Nación.
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