sábado, 31 de mayo de 2025
   
 
14/5/2025
     
Final cantado

Mauricio Macri parece no haberlo entendido hasta acá, o tal vez lo supo siempre pero cuesta el reconocimiento y trata de postergar el momento final. Nunca hubo posibilidades de convivencia entre él y Javier Milei porque así lo determina la larga historia del poder. Que se ejerce, no se comparte ni divide. Desde diciembre del 2023 el único líder de la derecha liberal en la Argentina es el Presidente. El resultado final entre Adorni y Lospennato y el lugar para los amarillos en las listas de provincia en octubre podrán modificar cuestiones menores pero la pelea grande está resuelta hace rato. Milei, Caputo y Karina siempre lo tuvieron muy en claro. Macri mastica el desplazamiento entre el enojo y la sorpresa.

 Siempre parecio una idea por lo menos voluntarista. Macri consideró desde su apoyo explícito a Milei en la seguna vuelta del 2023 que debía ser parte del Gobierno que empezaba o por lo menos un "consiglieri" privilegiado. Sin aquel respaldo contundente  -e inmediato-  a LLA en el momento que Sergio Massa celebraba su victoria por siete puntos en primera, otra pudiera haber sido la historia. En Milei puede haber surgido en ese momento alguna corriente personal de afecto o agradeciemiento. Para nada fue el caso de Santiago Caputo y Karina Milei. El primero siempre señaló la "tibieza" de Macri y sus ejecutores (Marcos Peña a la cabez) cómo los principales responsables del retorno del kirchnerismo al poder. Karina igual. Desde el minuto uno se imaginó costruyendo algo  propio y nuevo. Nada de depender o confiar en aquellos que llegan de tierras que no son propias.

  El pensamiento reservado de Mauricio Macri, a veces no tanto, se resumió todo este tiempo de la siguiente forma "El tipo prometió motosierra y está cumpliendo. Era lo que nosotros queríamos hacer y no pudimos. Ahora hay que apoyarlo" Lo no dicho era: le faltan equipos, no hay gestión, tenemos que ser la mejor fuerza de reserva para cuándo este modelo tan concentrado y tan disruptivo empiece a flaquear.  Esta clarísimo que Javier Milei no pretende ser ave de paso  de nada y por lo tanto también  hace rato que no quiere ningún competidor a la vista. Muy entendible.  El enemigo es el populismo y Cristina.  Antes de esa pelea de fondo tiene  que consolidar y unificar el liderazgo del espacio conservador.

 Falta muy poco para terminar el trabajo, que empezó hace 17 meses cuándo decidió que Patricia Bullrich y Luis Petri se sumara a su gabinete sin ninguna consulta de por medio con el ex presidente de Boca.  Siguió con la partición del bloque de diputados PRO en provincia y el pase de intendentes amarillos cómo Diego Valenzuela. El intento de unidad del PRO en la Ciudad fue una forma de evitar la previsible derrota frente los violetas y también fracasaron "El Jefe" no llegó a la política para ser el salvavidas de nadie. Lo de provincia tampoco es demasiado encomioso para el PRO. Nadie habla de fractura porque es demasiado funcional a Kicillof,  pero tendría muy poco de institucional. Negociaciones con Christian Ritondo y Diego Santilli si, más acuerdos no.

  Los resultados del último fin de semana son otra muestra del vínculo con el poder de cada uno. El PRO, otrora jugador principal de Juntos por el Cambio en todo el país, no compitió en ningún lado. Chaco y Jujuy ganaron con gobernadores radicales pero sin ninguna relación nacional con Macri,  Sáenz en Salta siempre fue más cercano a Massa que otra cosa y en San Luis, Poggi encabeza un proyecto provincial. Milei y LLA en cambio, compartieron la victoria en el Chaco, ganó Salta Capital que es el principal distrito de la provincia y terminó segundo en Jujuy.


  En palabras de Andres Malamud "una conducción nacional que crece frente a la dura realidad de Macri y Cristina. El primero haciendo campaña casi de concejal junto a Silvia Lospennato y con el distrito dividido por Horacio Rodriguez Larreta. La segunda, posible candidata por la tercera secciój electoral en la provincia y discutiendo hegemonías con Axel Kicillof"