  |
lunes, 31 de marzo de 2025 |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
Desasosiego
Malestar, enojo, confusión. Ninguna sensación buena en el oficialismo tras la cadena de tropiezos de ayer que hoy continuaron con más complicaciones en el Congreso. Quedaron emplazadas varias comisiones en Diputados para determinar la semana que viene si se avanza con un pedido de informes o comisión investigadora del Libra Gate. Agravando la situación, el papelón de la pelea entre el libertario Almirón -muy cercano a Martín Menem y Karina Milei con el ex jefe de bloque de ese espacio (hoy MID) Oscar Zago- y la guerrilla de agua, con el carnaval fenecido, entre las oficialistas Lidia Lemoine y Celeste Ponce contra sus compañeras Marcela Pagano y Rocío Bonacci, podóloga de profesión. Complejizando el momento hoy en el Senado el pliego de García Mansilla quedó más cerca de su rechazo con dos dictámenes de Comisión y suspendió su reunión la Bicameral de DNU, que debía empezar a tratar el acuerdo con el FMI, porque por ahora LLA no puede garantizar un respaldo mayoritario.
"Lo que pasó ayer, entre otras cosas, es que estamos pateando los problemas para adelante hace mucho en lugar de buscar un camino para resolverlos." La voz oficialista se remite a una historia de casi un año atrás. Marcela Pagano fue siempre la candidata de Oscar Zago para ocupar la titularidad de una comisión clave cómo Juicio Política - ella dijo además que lo había hablado personalmente con el Presidente - pero su nominación chocó con la resistencia de Martín Menem y Karina Milei. Resultado: Zago afuera del bloque y la Comisión sin jefaturas claras hasta ahora. Ayer, Unión por la Patria vió la oportunidad de regularizar al situación y contaba para ello con el apoyo CLAVE de 5 diputados que habilitaban el Quórum: los tres del MID más Pagano y Bonacci. Nominar a Pagano representaba un default serio para el oficialismo y por eso Lisandro Almirón fue a insultarlo a Zago y lograr lo que quería: el agraviado se levantó del recinto, intentó cruzar golpes y Menem decidió rápido "son 128, no hay número suficiente" y levantó la sesión con suma urgencia.
No fue el único problema para el Gobierno. Su objetivo principal hace rato es tratar de olvidar lo antes que se pueda el episodio del Libra Gate pero tampoco lo consiguió. La semana que viene volverá a ser tema central de la agenda cuándo se resuelva si hay pedido de informes (con posible citación en comisión de integrantes del Ejecutivo) o se decide la conformación de una Comisión Investigadora cómo la que por un voto no se pudo integrar en el Senado.
En el fondo de todo el malhadado día de ayer hay un problema crónico. Un cuerpo parlamentario tiente que tener una conducción con determinada experiencia y oficio que pueda contener, escuchar y atender a los integrantes del espacio. A la recíproca, los componentes del bloque deben comprender que se puede opinar y disentir siempre, pero finalmente hay una sóla decisión y es la del conjunto. Pasa en todos los espacios que se elija, menos en el oficialismo. La supuesta conducción es inexperta, con escaso margen de maniobra y sólo baja órdenes. Los "conducidos" tampoco aquilatan memoria previa en algún colectivo similar y suponen que lo que más importa son sus decisiones personales. Resultados a la vista. Tan problemático fue el resultado de ayer que en el propio sector libertario rescataban ideas y alternativas de "opositores dialoguistas" denostados hasta hace muy poco.
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|