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| miércoles, 15 de enero de 2025 |
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Milei puede
El fin de semana el Presidente vetó la Ley de Movilidad jubilatoria que Diputados había votado con más de dos tercios. El veto parcial, aconsejado por algunos propios, hubiese sido más sencillo de defender por el oficialismo pero el Ejecutivo optó por el rechazo total. López Murphy anticipó su negativa a la decisión del Presidente y el dato llamó la atención. Pese a todo, hoy lunes parece muy IMPROBABLE que la unidad opositora sea capáz de insistir con otra mayoría especial. Diputados que responden a gobernadores radicales en un rol decisivo para blindar al Ejecutivo. Dudas sobre algunos peronistas. La importancia de los ausentes.
Jugó fuerte. Vetó una ley aprobada por dos tercios de los presentes sin ningua garantía que la oposición no pueda redoblar la apuesta. En tal caso quedaría expuesta otra vez la endeblez parlamentaria y política del Gobierno. Los motivos no son menores: la aplicación de la norma signficaría en la mirada del gobierno destrozar el equilibrio fiscal. En cualquiera de los casos, un resultado que hace ruido. Si pierde, por las consecuencias en el corto y mediano plazo. Si gana, por la importancia de una victoria conseguida desde su notoria minoría parlamentaria en las dos Cámaras.
El primer día pos veto pareció promisorio para el Gobierno. En el Congreso está instalado cómo mucho más posible el sostenimiento del veto que una posible ratificación por dos tercios. Tampoco hay fechas, tema muy importante. El miércoles visita la Cámara Guillermo Francos por primera vez y en dos semanas empieza el debate por el Presupuesto 2025. No parece sencillo que el rechazo al veto trepe otra vez rápido en la agenda de los temas decisivos. Hace varios meses el Senado rechazó el primer DNU (anticipo de la Ley Bases), llegó a Diputados y no se trató nunca. La "oposición dialoguista" dijo en ese momento que" nunca condicionaría un gobierno electo con una decisión similar". Puede pasar lo mismo con la movilidad jubilatoria?
El voto en Diputados que originó el veto fue el siguiente: 160 afirmativos, 72 negativos y 8 abstenciones. El oficialismo necesitá 86 para blindarse definitivamente en el rechazo si hay una presencia absoluta. Tampoco es sencillo lo suyo, pero apuesta a votos clave de diputados que responden a gobernadores radicales cercanos cómo Cornejo y Valdés y representantes provinciales de Río Negro, Misiones, Salta y monobloques cómo la tucumana Omodeo. El comienzo del debate presupuestario 2025 tampoco es neutro. Se empiezan a discutir recursos y habrá que ver allí que pasa con Santa Fe y Córdoba, por ejemplo. De esas negociaciones podría depender el comportamiento de los alineados con Pullaro y Llaryora. No es el único caso. Los mandatarios peronistas de Santiago del Estero, Catamarca y La Rioja tienen también necesidades acuciantes y el voto de sus diputados puede ser parte de lo acordado.
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