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miércoles, 15 de enero de 2025 |
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Sordos ruidos
Disputas en el bloque oficialista. Apunten contra Zago. Pagano no está sola. Seguidismo a Ritondo. El futuro del DNU. Nula información sobre el posible regreso de la Ley Bases. Nadie garantiza hoy la presencia de Milei en la apertura de ordinarias.
La puja entre miembros del oficialismo no tiene en Diputados el nivel de rispidez que terminó con Petovello llorando ante la intransigencia de Caputo por la asistencia de recursos indispensable para su trabajo pero también crece en intensidad. Marcela Pagano está distanciada de Oscar Zago desde mediados de diciembre por la asignación de cargos en Comisiones y el malestar ahora es creciente entre otros representantes del mismo bloque. La novedad está vinculada al anuncio de los representantes del oficialismo en la decisiva Bicameral de DNU que debe empezar a debatir la convalidación o no del primer decreto de la gestión Milei: serán el propio Oscar Zago y el correntino Lisandro Almirón, que el lunes estuvo en su provincia junto al Presidente en el acto libertario dónde calificó de traidor a Ricardo López Murphy.
La designación en ese lugar clave del Jefe de Bloque seguramente estuvo acordada con Martín Menem y Balcarde 50, pero su presencia en cualquier casillero disponible incomoda cada día un poco más a los otros 37. No es el único detalle. Tampoco concuerdan con lo que ellos llaman el "seguidismo" permanente de la figura de Christian Ritondo. En el tema hay, entre otras cuestiones, algún choque de "culturas". Zago es un hombre con paso por el MID, la UCR y el PRO. Sabe que la única manera de construir alguna mayoría transitoria es buscando alianzas o acuerdos con otros sectores. Por el contrario. gran parte de su bloque es, por origen, mucho más "silvestre". Casi sin antecedentes en la política tradicional y muy decididos siempre a preservar, escencialmente, su identidad libertaria. Por eso además, su velada resistencia a alguna coincidencia mayor con el PRO y Mauricio Macri: "acuerdos parlamentarios si, otras cuestiones no"
La Bicameral de DNU debe tratar el decreto que antecedió a la Ley Bases y dispuso modificaciones trascendentes cómo la derogación de la ley de alquileres, la posibilidad de transformar los clubes en SA y la Reforma Laboral, ya suspendida por una varios fallos judiciales en primera instancia y Cámara. Para que el DNU quede sin efecto debe ser rechazado por ambas cámaras. Difícil pero no imposible. El oficialismo tiene que andar con pie se plomo para evitar fracasos ruidosos cómo pasó con la Ley Bases y en ese sentido los insultos casi cotidianos del Presidente ("nido de ratas", "traidores", "coimeros") no alfombra el camino de la mejor manera. La falta de número para aprobar en particular la Ley Bases es demostrativa de los problemas del oficialismo. No es la misma situación pero deberá sumar voluntades de la UCR y el Pichetismo que hoy no están garantizadas.
En el Senado la situación es parecida. El peronismo no llega al quórum propio pero está cerca y siempre se imaginan algún gobernador enojado que de vía libre para el rechazo. Por eso, otra vez anda Guillermo Francos a los apurones y de avión en avión.
Hay otros dos temas sensibles que se resuelven en Gobierno y dónde en el Congreso hay poca letra. Lo único que saben, cómo dijo "Toto" Caputo de un posible regreso de la Ley Bases, es por los diarios. Tampoco tienen certezas en torno a la presencia o no del Presidente el próximo 1 de marzo. Casi no hay antecedentes en esta materia. Cuentan sí que pasó en algún momento con don Hipólito Yrigoyen, que enojado con el Congreso no concurría a la apertura de ordinarias.
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