miércoles, 15 de enero de 2025
   
 
6/2/2024
     
Fracaso

Inexperiencia, terquedad, mala praxis, desconocimiento elemental de las prácticas parlamentarias y políticas. El oficialismo terminó chocando contra una pared tras una larga serie de errores desde hace dos semanas y tuvo que pedir el cierre de la sesión y el regreso de la pomposa Ley Bases a Comisión. La falta de acuerdos mínimos con sectores opositores (Bloque Pichetto escencialmente y parte de la UCR) pese a que tras la aprobación en general de la semana pasada tenía espacio para poder avanzar en la aprobación en particular. Era difícil, pero más complicado parecía que parte de esos bloques terminaran coincidiendo con la izquierda y el peronismo en el rechazo a artículos e incisos que el PE consideraba escenciales. Nadie habló con nadie el fin de semana, el Presidente y su núcleo duro partió ayer para Israel y no se cerró ningún acuerdo mínimo. El resultado es durísimo para el Gobierno que se quedó sin nada.

 
   Dos veteranos del Congreso anticiparon durante la tarde un final de estas características. Emilio Monzó dijo en algún momento "Si no ordenamos esto, si vamos a reescribir cada inciso de cada artículo porque no hay consenso vamos a estar sesionando diez dias"  Cerca de las 19 Miguel Pichetto anticipó "Le pido al Gobierno que se flexibilice para poder votar en positivo algunos artículos. Nunca es bueno acostumbrarse a perder". Había observado lo que nadie en el oficialismo estaba registrando: en doce votaciones entre artículos e incisos el proyecto del Gobierno había perdido en seis oportunidades.Y venía el capítulo de las privatizaciones, dónde podía haber paliza para los diputados que representan a Javier Milei. Es cierto que se había votado la delegación de facultades, pero el texto tenía por los menos seis artículos dónde sólo sobrevivió uno. Consecuencia: lo votado era menos que una cáscara vacía. La mayoría parlamentaria había optado por el rechazo pleno de las posibles atribuciones para el Poder Ejecutivo.

  La estrategia oficialista (se puede llamar estrategia?) es inexplicable. La aprobación en particular era difícil pero para nada imposible si te sentabas de verdad a sumar votos y conformar mayorías. Este final que sabe a dolorosa derrota no era previsible. Nadie suponía que el peronismo y la izquierda podían sumar 129 voluntades en cada votación para poder trabar el proyecto oficial y sin embargo paso.  Se explica desde lo general a particular. El propio presidente celebrando que se califique a los diputados cómo "coimeros" , "extorsionadores" o "vagos" que molestó mucho al casi siempre imperturbable Julio Cobos. Hubo amenaza para Carla Carrizo y Nicolás Massot anticipó futuros aprietes. Se atraversaron límites en el agravio personal cómo nunca en cuarenta años. Cualquier solución acordada a partir de esta realidad siempre es más difícil. En lo parlamentario igual. No vinieron a explicar nada Ministros clave cómo Luis Caputo o el Jefe de Gabinete. Guillermo Francos mostró siempre escasísima poder de resolución y lo mismo cualquier otro negociador del oficialismo. 

  Había problemas con la coparticipación del Impuesto País y la respuesta del Gobierno fue siempre "no negociamos nada". Tropezaron con las privatizaciones en varias provincias cómo Córdoba, Santa Fe , Santa Cruz o Catamarca. Bajaron todo el paquete fiscal sin que Oscar Zago, jefe de Bloque de LLA  tuviese la mínima información sobre el tema.

   Pese a todo esto Pichetto, de Loredo y varios otros manifestaron siempre su actitud colaborativa y en ese sentido se explica la aprobación en general. Desde el viernes hasta acá la nada misma. Quedaban decenas de cuestiones por resolver que el oficialismo jamás quiso o pudo resolver

  La ley "Bases para la reconstrucción de una Argentina Liberal" no llegó ni siquiera al Senado. La impericia oficial fue total. Ahora queda el DNU, dónde el peronismo trabaja día a día para tener el número indispensble para el rechazo.  Las malas noticias tal vez no hayan culminado  esta  noche.