miércoles, 15 de enero de 2025
   
 
17/1/2024
     
Pato o gallareta

Jubilaciones es el tema clave. El oficialismo dice que no puede ceder absolutamente nada, que el tema es escencial en función del equilibrio fiscal. Tamaña rigidez para con jubilados que no llegan a los 200 dólares mensuales no enamora a nadie, ni siquiera a los propios. Hasta aquí no aparece la fórmula de flexibilidad que permita acercar a las partes.

  Cualquier resultado en Diputados para el tratamiento de la Ley Omnibus (el oficialismo insiste en llamarla por su título original "Bases y puntos de partida para la libertad de los argentinos) hará mucho ruido. Si consigue aprobarla tendrá un logro político clave en su primer mes de gestión y en un ámbito sumamente desfavorable en materia de respaldo parlamentario propio. Si le toca perder, el golpazo será muy duro para sus aspiraciones económicos, el espíritu atropellador del Presidente y la posible consolidación de ciertos acuerdos legislativos con otros bloques cercanos.

  Hay varios problemas ya señalados (delegación de facultades, privatizaciónes del Banco Nación e YPF, retenciones)  pero uno que es clave, escencial y es la Reforma Previsional. Hasta acá no hay ninguna señal de negociación por parte del Ejecutivo. Lo explicó ante el plenario de Comisiones el Secretario de Hacienda:  Para el ambicionado equilibrio fiscal es decisivo para el Ejecutivo no atarse a ninguna cláusula que determine periodicidad o índice de incrementos de los haberes de la Jubilación Minima. Queda a arbitrio del Gobierno la actualización a través de bonos. La decisión es INTRAGABLE para parte del PRO (lo dijo en público la santafesina Germana Figueroa Casas), otros diputados del mismo sector en privado e incluso del propio oficialismo de LLA ("si voto esto no puedo volver a mi pueblo"). Ni hablar de radicales, el sector pichetista y partidos provinciales.

 La pelea es a final abierto. Para Martín Menem y el Gobierno el equilibrio fiscal no se negocia. Sucede que si las voces de discordia se multiplican,  la posibilidad de tratamiento y votación ingresa en zona roja.  Hoy a la mañana se indicaba que incluso el propio FMI señaló, tras los elogios al ajuste, que había que estar muy atentos a los "costos sociales". Este mensaje es una puerta abierta a alguna fexibilidad? El oficialismo lo niega. Su posición es la siguiente: no podemos prometer nada, ni periodicidad ni ajuste por inflación porque eso es indexar la economía y así se frustra el objetivo de la reducción del déficit.

 Tiempo de andar con pie de plomo. La posibilidad de apurar el dictamen para mañana o el viernes y sesionar el sábado entusiama al oficialismo pero los riesgos son altísimos y no están claros los votos. Alguna mirada optimisma hablaba de cierto triunfo por un voto. Habrá que contar bien, las consecuencias de un tropezón pueden hacer mucho ruido.