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miércoles, 15 de enero de 2025 |
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Deber ser
Gerardo Morales desmintió hoy un par de versiones -los dos diarios más importantes- que lo indicaban participando de una negociación junto Sergio Massa y otros oficialistas para buscar una salida política al tema Consejo de la Magistratura. Seguramente es cierto lo que dice. Lo que resulta extraño es que se cuestione y niegue la posibilidad de acuerdo y diálogo entre los
dos principales partidos del país. Antes Rodriguez Larreta y ahora el Gobernador de Jujuy plantearon siempre la búsqueda de coincidencias básicas superadoras de la grieta.
El rol escencial de la política es buscar consensos entre oficialistas y oposición. Si la votación popular determina que el primero es el dueño transitorio de una mayoría rotunda de votos y legisladores, esa negociación es menos necesaria. No es la foto del presente. El bloque del FDT tiene apenas un par de diputados más cómo primera minoría y carece de quórum propio. La negociación con JxC es imperiosa en todos los casos. Es muy llamativo entonces que llame tanto la atención y se cuestione antes de cualquier resultado cualquier negociación entre los espacios tendiente a resolver el riesgoso parate del Consejo de la Magistratura.
Gerardo Morales y Sergio Massa se conocen hace más de 10 años. Juntos ensayaron una sociedad que le permitió a ganar la Gobernación de Jujuay hace casi siete años y todavía su vice es un hombre referenciado en el massista Frente Renovador. Hoy el primero es además el presidente de la UCR y el segundo el titular de la Cámara de Diputados. Más allá de la desmentida de hoy de Morales, cómo no negociar, cómo no acordar el mejor funcionamiento posible de la Cámara? La historia democrática de estos 40 años tiene capitulos varios: Menem apoyando a Alfonsín en el Plebiscito por cuestiones limítrofes con Chile, gobernadores radicales cerca del riojano en sus 10 años de gestión, Néstor Kirchner construyendo la transversalidad con Julio Cobos, mandatario mendocino.
En el caso puntual de Massa y Morales la necesidad de hablar y buscar acuerdos es clave. La Corte Suprema de cuatro, en un fallo de tres (Rosatti, Rosenkrantz y Maqueda) resolvió que el pasado 16 de abril debía estar conformado un nuevo Consejo de la Magistratura. El exiguo plazo de 120 dias ya había sido cuestionado desde el año pasado por Graciela Camaño y claramente era insuficiente para encontrar algún consenso en un Congreso de enorme paridad en ambas Cámaras. Vencido el plazo, contra todo lo previsible, no hubo ninguna prórroga y Andrés Gil Dominguez, abogado constitucionalista, señaló "La Corte ha obturado hoy el camino de la racionalidad" El presente marca que no puede terminar de integrarse el Consejo por las cautelares cruzadas entre oficilismo y oposición. En el Senado JxC resiste la designación de Martín Doñate y en Diputados el FDT no convalida la nominación de Roxana Reyes.
La mejor salida posible es la trabajosa negociación entre oficialistas y opositores. No es Morales el único que piensa de este modo. Ya lo señaló en su momento Horacio Rodriguez Larreta -"necesitamos un marco de acuerdos del 70 %. Está probado que con la mitad más uno no alcanza"- pero rápidamente tuvo que dejar de mentar la idea. Raro. Los predicadores del conflicto eterno parecen más cómodos llamando a Rosatti que sentados con el otro buscando alguna solución.
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