miércoles, 15 de enero de 2025
   
 
6/12/2021
     
de Loredo

Previsiblemente el bloque de Diputados de la UCR quedó partido esta mañana y el cordobés (41 años) Rodrigo de Loredo será el jefe del sector disidente. El porteño Yacobitti había comenzado el enfrentamiento con Negri pero el nuevo titular, junto a Luis Juez, fueron los ganadores de la dura PASO de Juntos por el Cambio en setiembre. Es la primera división de bloque en el radicalismo desde el 83. De Loredo todavía no asumió y ya es Jefe de Bloque, otro detalle poco común en la historia de la Cámara. La mirada oficialista sobre el divorcio opositor. Andrés Malamud ácido.

  La lógica de los rupturistas es atendible: Mario Negri perdió en su distrito y no corresponde que siga conduciendo a sus vencedores desde la jefatura del bloque. La respuesta de la mayoría es otra: en democracia se vota y conduce el que gana. Lo debemos entender todos y particularmente los radicales. Sus razones pueden ser escuchadas pero no tienen los votos necesarios para ser conducción. La división estaba cantada desde el viernes pasado cuando fracasaron los útimos intentos por evitar el cisma. Ya el sábado Emiliano Yacobitti dijo que su objetivo era "preservar la unidad de Juntos por el Cambio" habilitando lo que finalmente ocurrió esta mañana: dentro del bloque grande pero separados de la conducción de Negri. Los divisionistas saben que vienen definiciones escenciales en el Congreso, la conducción de la UCR y en la previa del 2023. De ningún modo estaban dispuestos a acoplarse a la actual Jefatura.

  El nuevo espacio cuenta con 12 integrantes. Tres menos de los imaginados en primer término porque finalmente no se sumaron representantes de Mendoza, dónde nunca se había anotado Julio Cobos. Tampoco está Facundo Manes. Si bien el principal impulsor fue el porteño Yacobitti hay también diputados de Neuquén, Santa Fe y San Luis. El "negrismo" nunca vió peligrar su mayoría a partir del respaldo siempre indubitable de los referenciados en gobernadores cómo Gerardo Morales y el correntino Valdés. Los disidentes, pese a la defección mendocina, celebran la coformación de un espacio mayor al de la Coalición Cívica. El dato no es menor al momento de disputar cargos en Comisiones y la Jefatura de la Cámara. Más aún cuándo Elisa Carrió, desde otro partido, fue la principal objetora de esta decisión del viejo "nosiglismo".

  Sergio Massa seguramente tenía alguna información desde el pasado viernes a la tarde. La escisión no fue mal recibida por el oficialismo. Imaginan que con este sector, más el agregado de larretistas que indican que "hay acuerdos que son imprescinibles pensando en lo más inmediato y en el 2023" puede haber un marco más amplio de consenso en las leyes escenciales que vienen: Presupuesto, acuerdo con el FMI y plan económico plurianual.

    Pensando lo que viene la dupla Massa - Máximo Kirchner -que hoy controla un bloque propio de 118 diputados- indica que podría sumar 11 más -significa quórum propia e independencia respecto a JxC - con el respaldo del bloque  que antes controló José Luis Ramón más el apoyo de otros espacios provinciales y monobloques.

    La división radical,  previsible desde la semana pasada, no deja de ser llamativa. Es verdad que no sólo se discuten cuestiones de bloque sino también el posicionamiento de cada sector para la elección de autoridades partidarias de fin de año y las aspiraciones presidenciales de varios para el 2023: Gerardo Morales, Martín Lousteau, Alfredo Cornejo, Gustavo Valdés, Facundo Manes, Alfredo Cornejo. Más allá de estas razones, para muchos es muy sorpresivo. Sucede en el momento de mayor empoderamiento del partido en 20 años. Tal vez por eso, un muy reconocido politólogo de origen radical,  Andrés Malamud, escribió  esta mañana: "El radicalismo olfatea el poder y corre para otro lado"