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miércoles, 15 de enero de 2025 |
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Expectativas
Perfil diferenciado de anteriores Jefes de Gabinete. Su vínculo con los Ministros. La convivencia con Alberto Fernández y Cristina. El rol de Jorge Neme. Sus ventajas y concionamientos. Experiencias similares.
Los anuncios sanitarios de esta mañana de Carla Vizzotti y el Jefe de Gabinete constituyen la puesta en marcha de la gestión de Juan Manzur en un puesto clave para una carrera siempre en ascenso y con ambiciones explícitas. La primera característica particular de su gestión es tener que trabajar con esta pareja dónde la Vice eligió al Presidente, es la dueña del principal capital político y ejerce ese poder sin disimulo. Su llegada, pedido por CFK , habilita dos instancias posibles:
a) Encontrar un espacio vacío - hoy vacante - en el medio de las diferencias públicas y privadas del Presidente y la Vice y desarrollar allí su gestión.
b) Ser la tercera voz de peso en el esquema, no lograr armonizar y multiplicar problemas.
Juan Luis Manzur, médico de origen libanés, 52 años ni se imagina la segunda opción. Está claro que tiene un perfil muy diferenciado de casi todos sus antecesores. Eduardo Bauzá, Jorge Rodriguez, Alberto Fernández, Aníbal Fernández, Marcos Peña eran en su momento dirigentes políticos sin proyectos personales y completamente al servicio de Menem, Kirchner o Cristina. La enorme mayoría de ellos habían sido escenciales en la construcción del camino que los había depositado en el Poder. Manzur es otra cosa. Tiene historia propia, vínculos y contactos gestionados per se y no en nombre de nadie.
Los anuncios del abandono del barbijo en la vía pública y las otras medidas - habilitación de encuentros familiares, de viajes de egresados y jubiliados, retorno del fútbol con aforo, funcionamiento de discotecas con PCR previo y para octubre y noviembre un sendero de normalización de los vueltos internacionales - fueron recibidos con alivio y alegría. Sin embargo, no pocos especialistas -sin rechazar lo propuesto- señalaron expresamente sus dudas sobre algunos aspectos. Todos indican que los datos epidemiológicos habilitan las medidas comunicadas pero hubiesen preferido alguna mayor gradualidad.
Manzur, cómo Dominguez y Aníbal Fernández, fueron convocados para mostrar ejecutividad y eso tratan de empezar a hacer. Santiago Cafiero era Alberto Fernández. El funcionamiento a partir de ahora será distinto. La autonomía del ex Gobernador, su margen de acción, es también una novedad para el esquema habitual -muy concentrado- del ejercicio del poder del Presidente.
Su número dos será Jorge Neme, otro tucumano que era hasta el domingo el Secretario de Relaciones Económicas de Cancillería con Felipe Solá. Quienes lo conocen indican que sigue muy de cerca los temas económicos y las relaciones exteriores. Ambas cuestiones escenciales para el relacionamiento de Manzur con Martín Guzmán, Matias Kulfas y Santiago Cafiero.
En la historia no tan larga de los Jefes de Gabinete -empezó después del 94- hay un sólo antecedente similar en cuánto a su perfil y es el de Jorge Capitanich. La Presidente buscaba siempre en su segundo mandato alguna opción que oponer a Daniel Scioli y el chaqueño imaginó poder correr esa carrera, pero terminó regresando más pronto que tarde a Resistencia. Manzur llega a la Jefatura de Gabinete con mucho mayor recorrido, dueño de vínculos con Israel y Estados Unidos, con empresarios nacionales y de su provincia. La coyuntura empero es muy compleja. El gobierno viene de una derrota inesperada en las PASO, crisis sin precedentes entre Presidente y la Vice y una economía dónde a la gradualidad propuesta se oponen las urgencias de la sociedad.
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