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miércoles, 15 de enero de 2025 |
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Sin número
Consagrar un nuevo Procurador General de la Nación en reemplazo de Eduardo Casal es uno de los principales objetivos fallidos del Gobierno de Alberto Fernández. Sin impugnaciones desde el kirchnerismo el bloque oficial dice que nunca se estuvo cerca de los dos tercios indispensables para la designación.
La postulación de Daniel Rafecas cómo candidato al Ministerio Público Fiscal fue una de las primeras decisiones de Alberto Fernández pero el pliego nunca pudo avanzar. Tampoco lo puede hacer hasta acá el camino de alternativa que intenta: un nuevo proyecto amortiguando las condiciones de selección para ese cargo. El nombre del actual Juez Federal nunca llegó a la consideración del pleno de la Cámara Alta y la situación multiplicó posibles diferencias entre el Ejecutivo y el Senado.
La mendocina Anabel Fernández Sagasti es la titular de la Comisión de Acuerdos y en tal condición la responsable de impulsar o no designaciones en el recinto. La condición básica previa es tener el número y esa cifra nunca estuvo. No hay misterios. La elección del Procurador requiere de 48 votos (dos tercios) y es una cantidad desusada en tiempos de grieta y mucha paridad política. Por esa razón básica hace más de diez años que no se puede elegir al Defensor del Pueblo de la Nación -necesita el mismo requisito- y en el mismo terreno ya fracasó Cambiemos, cuándo intentó designar cómo Procuradora a Inés Weinberg de Rocca, elegida por el propio Mauricio Macri por su rol en Tribunales internacionales.
El Bloque que preside el formoseño José Mayans tiene un poder muy importante: 41 bancas (40 en realidad por la suspensión del tucumano Alperovich ante las denuncias de acoso sexual de su sobrina) sobre un total de 72. El espacio radical es de 14 integrantes (preside Naidenof), 8 PRO (encabeza Schiavoni) y 9 independientes (Reutemann, Weretilinek y Juan Carlos Romero entre ellos) Si bien el número del oficialismo tiene mucho peso, no alcanza per se para los dos tercios y allí comenzaron los problemas del Gobierno, donde el Senado se exculpa de responsabilidades. Propuesto el nombre de Daniel Rafecas cómo candidato y teniendo claro que faltaban ocho o nueve votos definitorios, hubo señales desde Balcarce 50 indicando gestiones que iban a garantizar ese núméro. Efectivamente el año pasado, en plena pandemia, hubo un par de encuentros en Olivos con Martín Lousteau y Enrique Nosiglia explorando esa posibilidad. La propuesta nunca cerró en el marco del resto de la Alianza Cambiemos. Entre los independientes, salvo algún acercamiento con el ex Gobernador de Río Negro, tampoco resultó nunca sencillo el empinar la complicada cuesta de los ocho votos. La UCR y el PRO enviaron otra señal compleja al oficialismo cuándo ante un tema de menor interés también le negaron la posibilidad de alcanzar los dos tercios.
Con Cristina Fernández de Kirchner titular del Senado y un Bloque de 41 representantes, es entendible que el oficialismo extreme cuidados al momento de evitar una posible derrota en el Recinto. Proponer la designación de Daniel Rafecas cómo Procurador era un boleto al fracaso. Cuarenta votos propios más dos o tres independientes -con mucho optimismo- no alcanzaban a 48. En el oficialismo del FDT explican de este modo el no tratamiento. No hubo -señalan- reparos para con el candidato.
Ha habido en todo caso dos miradas sobre la estrategia. Una del Ejecutivo: "Propongamos un candidato sin demasiadas objeciones y respetado académicamente y luego trabajemos para el consenso" y otra del propio Bloque oficialista: "Nunca conseguiremos los dos tercios, busquemos otro camino para la elección"
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