miércoles, 8 de mayo de 2024
   
 
5/5/2021
     
¿Cuál estrategia?

Otro choque más del Gobierno con la Corte pero particularmente de la Vicepresidenta. Los enojos son muy explícitos pero no está tan claro el camino posible del oficialismo para modificar una ecuación y un vínculo desde donde siempre recibe malas noticias, desde el aval a Rodriguez Larreta a la cautelar que frena aumentos en la telefonía celular. El fracaso de los buenos modos. Las elecciones cómo escenario improbable. Otros momentos históricos.

  
  Dónde comenzaron las diferencias? Complejo encontrar un momento explícito pero está claro que la relación de Cristina Presidenta con el máximo tribunal -presidido en el ese momento por Lorenzetti- se fue enrareciendo de a poco desde el inicio de su segundo mandato y se cristalizó en el 2014. En ese año el oficialismo impulsó a las apuradas y sin consenso - Julián  Alvarez, Secretario de Justicia y principal operadorr hasta marginó a cuadros centrales del kirchnerismo en la materia - una Reforma rechazada de plano por la propia Corte. Lo otro es más cercano. Su recorrida permanente por Tribunales desde 2015 con causas que debieron ser cerradas por inconsistentes cómo la del Dólar Futuro, otras que pueden seguir el mismo camino - Memorandum con Irán -  pero  también otras mucho más complicadas en materia penal cómo Hotesur.

   En esos cuatro años la ex presidentea espadeó con Claudio Bonadío, fue acompañada por militantes de manera masiva en algunas convocatorias, interpeló camaristas y - de la mano de los procesos judiciales soportados por Lula en Brasil- introdujo el Lawfare en la agenda política y judicial de la Argentina (Entramado judicial destinado a perseguir mandatarios o dirigentes populares).

   El regreso al poder del Frente de Todos marcó dos estilos desde el vamos. Alberto Fernández intentó de la mano de Losardo algún tipo de relación calma que nunca condujo a nada pero  la Vice se encargó puntualmente, hace no tanto, de ser particularmente crítica y de manera indubitable, de cada uno de los miembros de la Corte.  Ayer, tras el fallo a favor de Rodriguez Larreta, habló de "golpe institucional" . El Presidente, en una calificación dura pero de menor intensidad lo calificó cómo "la decrepitud del derecho convertido en sentencia"

   Discutir el talento político de CFK resulta un poco ocioso a esta altura. Muerto Néstor Kirchner condujo el peronismo de manera indubitable 5 años más,  se sostuvo en la derrota con una sólida cuota de poder y habilitó el regreso con una decisión -Alberto Fernández presidente- que terminó por desorientar y confundir a un macrismo ya muy golpeado por la crisis económica y social. Sin embargo cuesta ahora entender o adivinar  la estrategia en marcha, lo que viene, en esta disputa permanente con la Corte.

  Raúl Alfonsín no tuvo problemas en la materia. Pudo designar a la totalidad de los miembros que inauguraron la etapa democrática.  Carlos Menem logró en el 94 ampliar la cantidad de miembros -9 en total- e inauguró los tiempos de la "mayoría automática". Néstor Kirchner econtró por su parte una coyuntura absolutamente distinta a la de ahora.  Era la pos crisis del 2001 y el Tribunal  había sido una parte escencial del problema. Antes de asumir anunció el Juicio Político  a sus integrantes - Nazareno era el Presidente- y varios  optaron por el retiro. Finalmente sólo Antonio Boggiano y Eduardo Moliné OConnor fueron destituidos a través de la herramienta anunciada por el Poder Ejecutivo. El santacruceño conformó entonces un Tribunal irreprochable (Zaffaroni, Argibay, Lorenzetti, Highton de Nolasco- que le permitió además un logro político de peso:  no hubo cuestionamientois políticos o académicos para las designaciones y además ponía luz en un punto donde se lo había cuestionado muchísimo por su forma de relacionarse con el Poder Judicial en Santa Cruz.

   El presente es mucho más complicado en términos políticos y por eso aparecen dudas sobre la estrategia de la Vice de permanente confrontación.  Hasta aquí el Gobierno no pudo avanzar con la Reforma Judicial que habilita mayor creación de juzgados en Capital y el resto del país -desempoderar  Comodor Py- y tampoco con la designación de un Procurador que reemplace al interino Casal. Un camino posible es lograr mayor número de diputados y senadores en octubre? Podría ser. En el Senado no hay cálculos que habiliten un crecimiento notorio. Más aún, podría perderse algún representante en Chubut donde hoy los tres integran el espacio oficial. En Diputados están a 11 del quórum propia. Y en este escenario económico y sanitario no se ve cómo demasiado factible un crecimiento importante de bancas propias.

  En el 94 Menem consilguió ampliar la cantidad de miembros de la Corte en el marco del Pacto de Olivos, con Raúl  Alfonsín cómo garante del acuerdo del otro lado. Esa opción hoy no parece posible. Tampoco hubo resultados positivos con otros actores, no ya el macrismo. Se intentó algún diálogo exploratorio con Martín Lousteau y no pasó de allí. El vínculo con Lavagna- Graciela Camaño tampoco habilita demasiado optimismo por ese lado.

  No hay demasiados caminos visibles a mano. Alguna carta reservada? Plantear el tema cómo  cuestión central de la agenda electoral tampoco parece la mejor idea.  Debe -puede- ser tema de campaña la Justicia  en el medio de la mayor crisis sanitaria de la historia y con casi el 50 % de pobres? 

  El último dato singular en esta conflictiva relación de CFK con la Justicia  es la particular historia personal y política de cada uno de los Supremos. La distancia con Carlos Rosenkrantz es entendible.  Con alguna cercanía con la UCR en los 80, fue discípulo del muy respetado Carlos Nino,  luego abogado de grandes empresas -Clarín entre otras- y propuesto por Mauricio Macri. Sin embargo es una excepción dentro de los cinco.  A  Ricardo Lorenzetti, con un paso por el peronismo en la UNL,  se lo propuso a Néstor Kirchner un Senador santacruceño. Elena Highton de Nolasco contó con el particular respaldo  inicial de Alberto Fernández y también fue designada en esos años. Horacio Rosatti  conoció al matrimonio Kirchner en la Reforma del 94 y fue el primer ministro de Justicia del Gobierno del 2003. Renunció muy pronto -no en buenos términos- y antes había sido intendente de la capital santafesina en tiempos de Reutemann Gobernador. Juan Carlos Maqueda, histórico del peronismo cordobés, llegó a la Corte con el Gobierno de Duhalde. Síntesis: Rosenkrantz al margen,  con los otros cuatro podría  haber canales de diálogo o puntos vinculantes que claramente hoy no existen.