viernes, 26 de abril de 2024
   
 
3/4/2020
     
Mundo desconocido

Los resultados alentadores que mostraba hasta acá el Gobierno en la lucha contra el coronavirus ofrece desde esta madrudaga su peor cara con miles de jubilados amontonados en las puertas de los Bancos del Gran Buenos Aires contraviniendo elementales normas sanitarias. Hay responsabilidades varias, pero en escencia una historia que se repite mas allá de las distintas administraciones: Toda medida o resolución pensada desde Plaza de Mayo para ser aplicada en Lafferere o Solano termina en fracaso. Nunca el conurbano es cómo lo imaginan.

   La semana pasada ya se vivió un anticipo cuando empezaron a pagar la Asignación por única vez a aquellos trabajadores mas desprotegidos por la cuarentena, escencialmente trabajadoras del servicio doméstico, personal de UOCRA, vendedores ambulantes, monotributistas y demás.  Hubo mucho aglutinamiento en las puertas del los Bancos y  -en teoria, de manera astracta y desconociendo situaciones individuales que se multiplican por miles de casos - se planteaba pagar en tandas según el número final del DNI. Opción válida si todo el mundo puede esperar, descartable si lo que hay es una enorme urgencia económica en todos los concurrentes a las puertas de las entidad financieras. Resultaba imposible decirle a un grupo que recién le tocaba cobrar una semana después.


  Desde esta madrugada la situación es similar pero agravada porque las colas están conformadas por mayores de 60 -70  años y entonces la factibilidad de contagio en un grupo etario con menores defensas es mucho más factible. Por que se instrumentó tan mal? Escencialmente parece que entre el riesgo sanitario y la NOTORIA URGENCIA  por recursos para atender necesidade básicas se optó cómo el lunes por la segunda opción. Los resultados pueden ser graves si por este incumplimiento los casos empiezan a multiplicarse en las zonas - y son centenares- mas empobrecidas del conurbano..

  Las responsabilidades  no se agotan en un sólo sector y -de mínima- ha faltado coordinación y diálogo entre las distintas partes intervinientes: Banco Central, entidades financieras, Anses, Municipios y Fuerzas de seguridad.  No hubo comunicación y, otra vez, un profundo desconocimiento de lo que pasa a 20 km de la plaza de Mayo. En cualquier muncipio del segundo o tercer cordón los cajeros no abundan cómo en cualquier avenida de la capital, tampoco hay tantos policías cómo para instrumentar medidas de orden, el homebanking es minoritario, hay recelos para el uso de la tarjeta de débito y nunca hay tiempo para poder esperar a cobrar mañana. La urgencia era para ayer.