jueves, 25 de abril de 2024
   
 
4/4/2017
     
Mas grieta

Las amenazas de Omar Viviani son el mejor elemento de apoyo del Gobierno para multiplicar la confrontación con los sindicatos El arrepentimiento tardío del taxista. Patricia Bullrich dijo que son "vagos". Triaca que CFK desestabiliza. Estrategia parlamentaria. Hugo Haime y los números de la segmentación.

 Cuando quiso poner marcha atrás y dijo "se me salió la cadena" ya el daño estaba hecho. Viviani amenazó con "dar vuelta los coches de los que salgan a trabajar el día del paro" y también habló de "romperlos". No fue lo único. También indicó que "se está dando una pelea entre los que tienen todo y nosotros los trabajadores" No  es un personaje menor pero tampoco central de la vida sindical. Como casi toda la dirigencia  hace décadas que controla el gremio y salvo algún acercamiento temporario a Moyano nunca pudo escalar demasiado en la estructura cegetista.

                                          Hoy tuvo muchas apariciones en los medios otro taxista, José Ibarra, que controla un desprendimiento sindical de poca representación y responde al ""Momo" Venegas. Cuestionó con dureza a Viviani  y recordó los largos años sin paros. Es cierto, también es verdad que las diferencias entre ambos no son de larga data. En la imagen de esta nota aparecen compartiendo un palco, es el señor de bigotes y cara regordeta ubicado detrás del Secretario General. 

  Mas allá de las razonables denuncias que tendrá que afrontar ahora por las amenazas, Vivani resultó ser el mejor disparador de una pensada estrategia por parte del gobierno antes del paro de pasado mañana: Ellos son los violentos, los que paran el país sin ninguna consigna clara - cómo dijo Rogelio Frigerio- y nosotros el cambio, el trabajo y el esfuerzo.  En esa misma línea Patricia Bullrich los azuzó diciendo que "son todos vagos" en el mismo sentido con el que confrontaba cuando era Ministra de Trabajo de Fernando De la Rúa.

 Para la mirada del Gobierno la sociedad entre la dirigencia gremial y el kirchnerismo es casi absoluta. Seguramente saben que hay diferencias pero en función de decisión política los unifica en su discurso.  En la anterior movilización de la CGT que terminó con el atril volando por el aire la ex presidenta había invitado a estar con la central obrera en la calle y no junto a ella en Comodoro PY.  Del detalle se sirve Jorge Triaca para decir que "CFK quiere la desestabilización". Una opinión de riesgo que no comparten otros muchos miembros del Gobierno.

   Ayer a la tarde el propio Macri habló de "las mafias en los sindicatos, las empresas y las justicia" delante de Gerardo Martinez y José Luis Lingieri que quedaron en una situación incómoda dentro del propio Salón Blanco de la Casa de Gobierno. Antes había hablado de los "choripanes y colectivos" en una frase que el propio Luis Brandoni dijo que "debería haberse evitado" y que Ricardo Alfonsín dijo "no compartir". La respuesta esta mañana de Roberto Fernández de la UTA tampoco fue suave " El problema del Presidente a veces es que mueve la lengua mas rápido de lo que piensa". Tampoco fue generoso Sergio Berenstein "Macri tiene otras virtudes, pero precisamente la oratoria no es una de ellas".

  Cómo todos los Gobiernos  este también está enojado con el paro general de la CGT del jueves y es razonable. Lo que no está tan claro es si la espiralización declarativa termina dentro de 48 horas o sigue. Parecería lo segundo. Algunos diputados de Cambiemos señalaron ayer una próxima convocatoria del Ejecutivo para hablar de la campaña electoral que viene y del claro escenario confrontativo sobre el que se va trabajar. 

  El camino hasta octubre en estos términos puede ser agotador y con riesgos. Todavía faltan seis meses. En el mientras tanto, estudios de Hugo Haime  muestran una realidad mas matizada.. Según indicó el domingo hay un cuarto de la sociedad absolutamente kirchnerizada, otro porcentaje parecido que practica un macrismo sin fisuras y  un 50 % que está mirando lo que sucede sin ninguna adhesión premeditada. Esta mayoría, con seguridad, no debe estar demasiado cómoda conviviendo  con tanta polarización.